Esté o no listo, se viene la Empresa 2.0

No lo dudo, estará pensando: “no termino de asimilar el impacto del e-business me cuesta identificar qué procesos empresariales debo atacar con Internet, si me dedico al comercio electrónico o monto servicios online, cuando me vienen con más cosas, ahora resulta que debo crear un Facebook para mis empleados”.

Bueno, sí y no, ni tanto ni tan poco. Lo cierto es que si lidera una empresa, si tiene un puesto gerencial, si toma decisiones que afecten el destino de su compañía, este jaleo seguirá. 

Estamos entre dos eras, esto es medular que lo entienda antes de hablar de la Empresa 2.0, porque cuesta dinero y esfuerzo, pero debe hacerse. No me refiero a incorporar herramientas de la social media en su empresa, sino a acompañar la evolución de la humanidad en el pasaje de la era industrial a la era de la información, cambios que indefectible-mente afectan a su organización, que de no procesarlos, puede que hagan desaparecer a su empresa. 
¿Alarmista? No, ignorar tecnologías y aspectos disruptivos que suceden, es hacer la del avestruz. 

Lo invito a pensar en algunos ejemplos. La PC, un contundente ejemplo de tecnología disruptiva: se fue adoptando, se generalizó y se quedó. Aunque sorprendentemente quedan ejemplos propios del Jurassic Park (disculpe la franqueza, empresas que trascienden la unipersonal, no pueden, no deben dar ese hándicap), cuando hay apagón viene el recuerdo de cómo era la empresa antes del PC. 

Pero veamos otra, más reciente, propia del e-business: el email ¿Puede su empresa hoy vivir sin él? Compitió con el fax, y le ganó por K.O. en menos de 5 rounds. 

Pues llegó otra más. La Web 2.0, las redes sociales, los medios sociales, el poder del contenido en los usuarios, la colaboración y la expresión espontánea, amateur, la inmediatez de los mensajes, la propagación por capilaridad de redes, simplemente colosal. 
Facebook, 500 millones de usuarios, Twitter, casi 100 en tres años, You tube, 20 horas adicionales de video por minuto, y la Web 2.0 se le está metiendo en su empresa. 

No se esconda, no la combata, no se ponga a tapar el sol con el dedo. Aprovéchela. 

Puede que sea de los que piensan que las redes están cambiando la forma de relacionarse de los jóvenes, que son cosas de sus hijos, pero resulta que son los empleados actuales o futuros. Ellos esperan naturalmente relacionarse, colaborar, comunicarse en el trabajo de la misma forma que lo hacen en su vida social. Conocen la forma y se sienten muy cómodos. 

Ante el lanzamiento de un nuevo servicio Web desarrollado en mi empresa, lo primero que me preguntó mi hija de 18 años fue cómo hacía para vincularse con otros usuarios. 

Hoy simplemente le digo que la empresa 2.0 es la inclusión de herramientas de la Web 2.0 para el uso con clientes, proveedores y también empleados. Espero con esto, dejarlo pensando en qué forma podría adoptarlas, para qué, cuáles serían sus beneficios, cuáles sus riesgos, quienes serían sus impulsores, quiénes se resistirían. 

Puede optar por dos caminos. El del avestruz, el lento, arriesgando la posibilidad de influenciar sobre lo que los clientes hablan de su empresa -porque hablar van a hablar no importa lo que usted haga-, o perder empleados que esperan que las innovaciones en el mundo exterior se reflejen en la forma de relacionarse en su trabajo. 
O por el camino rápido: plantearse los impactos y cambios culturales que deben procesarse, y trazarse un plan de adopción de estas tecnologías. 
Para ir adelantando, si aún no lo hizo, comience a experimentar ya la Web 2.0. Le llevará tiempo, su recurso más escaso, pero será una buena inversión.